1. preguntó
Preguntó por ti.
Se lo pregunto a vuestra alma y a vuestra conciencia: sin la pena de muerte, ¿vale la pena vivir?
–¿Novatos? –preguntó Dima con un ligero tono de enfado en la voz– ¡Esto no es un videojuego, Al-Sayib! ¡Esto es la vida real!
Me pregunto cuál es la expectativa de vida normal de una cucaracha, y si por lo general mueren de viejas.
Me pregunto qué efecto tienen los avances tecnológicos tales como el Internet, los teléfonos celulares y la tecnología de digitalización en la conciencia, en las acciones y en el interés de las personas por la política.
–¿Acaso los amigos se acuestan con amigos y luego los matan? –preguntó Dima a su vez.
—¡¿Pero dónde estás, Dima?! —preguntó Al-Sayib, cogiendo una toalla para secar la Fanta derramada.
- ¡¿Cómo ha conseguido meter una maleta dentro de su bolsillo?! -preguntó la mujer anonadada.
—¿Y bien? —preguntó la dependienta impaciente una vez que Dima hubo terminado la llamada— ¿Ahora todo está listo?
—¿Qué quieres decir? —preguntó Dima, pero eructó, ya que si hubiera permanecido en silencio esta oración habría sido demasiado simple.
Si Dios hubiera dado un onceavo mandamiento, me pregunto cuál habría sido.
-¿Usted querría comprar un traje? -la dependienta le preguntó a Dima, que trajo al entrar por la puerta el olor de la noche anterior.
—¿Dima? —preguntó el hombre al que Dima había llamado "Al-Sayib"— Lo siento, no conozco a ningún Dima. Creo que se ha equivocado de número.
Un admirador una vez le preguntó a Cristóbal Colón cómo conseguía reunir fondos para todos sus asombrosos viajes. Colón entonces le llevó a un callejón abandonado, sacó una pistola y le dijo "Así".
—Durmiendo en un contenedor, ¿eh? —preguntó Al-Sayib— Ésa tiene que haber sido una experiencia apestosa.